domingo, 31 de mayo de 2015

Práctica VII. La educación en 2030. La sumisión al sueño

Año 2030.
           
            La sumisión al sueño.
           
            Ha retenido el 89% del tema 10 “Expresiones idiomáticas habituales, dichos y refranes habituales”, Idiomas, chino, nivel avanzado 2, y el 78% del tema 3 “Patrones de herencia de caracteres y enfermedades monogénicas”, Biología, Genética, nivel superior.

            Felicitaciones. Preparando para la desactivación del programa, no se desconecte hasta que escuche la señal. Hoy es lunes, Èr1 de junio de 2015. Son las siete de la mañana. Buenos días. Piiii…

            Abre los ojos al mismo tiempo que la luz va filtrándose en la habitación, conforme va sucediéndose la gama de colores de los cristales hasta quedar ausente de tales. Permite dilatar sus minutos entre sábanas y algodones, complacida ante los logros conquistados durante la noche. Se levanta para dirigirse mecánicamente a la ventana virtual. Al encenderla, emergen en la tridimensional pantalla aquellos programas y espacios predeterminados de primera hora del día.

            Resuelta, elige las noticias de la radio deseando conocer los acontecimientos que siguen sucediéndose en estos 21 días y 22 noches de cambios. En mayo se habían adelantado las elecciones estatales frente al descontento general. Dos años habían aguantado desde las reformas de la Ley del Sueño y sus consecuencias afectaban gravemente a la sociedad.

            En el 2022, comenzaron los progresos científicos para la manipulación del sueño. La investigación tenía su origen tiempo atrás. Conforme el ritmo de la vida aumentaba, las personas requeríamos de más y más tiempo, disfrutábamos de la vida y queríamos seguir haciéndolo. Desde las altas esferas, la rentabilidad y el emprendedurismo les llevaban a preocuparse por la falta de tiempo. Así pues, el eco de esta preocupación se extendió reticularmente hasta llegar a los laboratorios.

            Los primeros resultados satisfactorios se conocieron en 2025, no conocemos el origen del primer paciente, la noticia se extendió tan rápido que otros países tenían al día siguiente nuevos resultados mejorados.

            En 2026, el 64% de la población disponía de “El transmutador de sueños”. Los científicos habían conseguido ganar tiempo del único sitio que les quedaba, del sueño. Las personas se conectaban a un macrosistema que les inducía en un estadio entre sueño y vigilia donde su conciencia podía adquirir conocimientos según una serie de categorías y temas.

            Nuestras vidas cambiaron  radicalmente, todas las esferas humanas sufrieron un giro estructural. Los antiguos días pasaron a llamarse Èr dividiéndose en un día y una noche. El tiempo del día y de la noche, así como las acciones que realizábamos en cada mitad, distaban tanto entre sí que no podíamos concebir la antigua unidad.

            En el sistema educativo, hubo una renovación de la metodología. El alumnado iba a la escuela no para memorizar contenidos, sino para reflexionar sobre ellos. La interpretación y el debate acerca de la información inducida, los proyectos interdisciplinares donde cada persona tenía libertad de profundizar en una parte del proyecto, la producción artística dieron lugar a grandes obras de literatura, música, arte, teatro,…

            En esta camaleónica sociedad, los docentes se formaron para contrarrestar una transmisión de conocimientos que encerraba a veces intereses de las empresas privadas o estatales. Pronto se dieron cuenta de que la conciencia de los ciudadanos se hallaba en un estado de indefensión durante el sueño, pudiendo introducir mensajes implícitos en los bloques de conocimiento. En vista de la nueva situación, los docentes comenzaron a desarrollar la Competencia en crítica y reflexión del sueño para que los conocimientos inducidos no quedaran como verdades dogmáticas fuera de toda duda.

            El problema llegó con los recortes en sueños hace dos años. El Estado mantenía que no podía subvencionar los sueños. De este modo, comenzó a  privatizar aquellas categorías y temas de rango medio y superior. Fue poca la población que reaccionó en ese momento. No obstante, al cabo de unos meses comenzaron a hacerse vigentes sus consecuencias. Surgieron los primeros conflictos laborales y sociales, los ciudadanos con menor nivel económico no podían optar a ciertos puestos de trabajo y las contadas becas quedaron ahogadas ante la demanda social. Un año después, las desigualdades se encontraban en todos los ámbitos de la vida. Los ciudadanos poco a poco se alzaron unánimemente para proclamar sus derechos básicos: la libertad responsable, la igualdad, la solidaridad, el respeto activo y la actitud de diálogo.

            Hoy, Èr 1 de junio de 2030, las noticias se extendían como dianas virtuales: el nuevo gobierno proclama la revocación de las reformas del sueño. Dos años habían bastado para reducir una sociedad a la desigualdad, ¿cuántos harían falta para llegar al estado inicial?, ¿cuántos para conseguir una igualdad real?

            Un sonido emerge de la ventana virtual, silenciando la radio. Una eufórica llamada para informarle de las noticias que están difundiéndose. “Sí, lo estaba escuchando. Aún no me lo puedo creer”. La conversación continúa, mientras la mujer se prepara para ir al trabajo. Una pregunta, la mano en el marco de la puerta. “¿Han hablado de los acuerdos para subvencionar El manipulador de sueños en los demás países?” Un silencio. Nada.

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